Entre dar valor y la razón de ser.
Bien conducida la campaña tendente al reconocimiento del valor de nuestra institución que realizan algunas asociaciones de Guardias Civiles, ha comenzado a originar en la opinión pública un conocimiento más próximo a la conciencia de un problema.
No obstante, asumimos riesgos, y con seguridad que hay que hacerlo, pero…
Del mismo modo que mayor inversión en educación no garantiza mejores resultados académicos, tampoco tiene por qué ocurrir en el ámbito de la seguridad.
Es posible remozar el edificio y que proyecte mejor imagen al exterior, lo que ocurre es que no es ese volumen el que hay que proyectar, sino sus efectos, y los efectos tienen como vehículo conductor el alumno en el caso de la educación, y el Guardia Civil si de seguridad hablamos.
De qué sirven mejores vehículos y dependencias, incluso me atrevería a decir mejores sueldos, si el Guardia Civil no está creído de su función. Creer en su función es sentirse pieza clave en el engranaje social, en no menor medida que el médico, maestro o ingeniero. No se conseguirá esto si el mensaje subliminal detrás de una subida salarial es el de –Toma, y cállate ya!.
No queremos callar, queremos interactuar en el ámbito que nos es propio y hacerlo desde la solvencia profesional y en un entorno laboral adecuado, un entorno libre de vacíos espacios-temporales de cobertura, malas herramientas de trabajo, pésima remuneración o clima jerárquico hostil por inconfesables intereses estadísticos.
Nuestra precariedad salarial no atenta sólo contra nuestra dignidad, que también, lo que hace sobretodo es generar un auténtico estado de necesidad, agravado por el hecho de que ni tan siquiera no es permitido renunciar a determinados tipos de descansos, para conseguir mediante honesta dedicación la remuneración de horas extras trabajadas. Y no se entiende, que si son necesarias más horas para proporcionar mayor cobertura de servicio, si las plantillas han menguado, los que quedan no puedan voluntariamente incrementar el servicio que conocen y desean brindar.
Mucho se habla de formación, la existencia de formador de formadores, se nos remarca, pero aquí se esconde otro peligro que me resisto a ocultar. Formar viene de dar forma o formato, en informática todos sabemos que es dar formato o formatear, es como arar el terreno para sembrar de nuevo, y no, no es eso lo mejor en lo que ocuparse, no todo lo que nos ha traído hasta aquí puede ser tan malo como para hacer tabla rasa, sin duda merece la pena conservar lo que de bueno traemos, que por narices no puede ser poco, por eso en lugar de arar, una ayuda para la poda y retirada de maleza mental puede ser, y de hecho es, más saludable que el formato, por eso no es formar, estimados/as compañeros/as. Permitir y ayudar a que crezca lo mejor de cada cual, a eso se le llama… educar.