Noticia de S. ARROYO |
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20131 ... 31126.html
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia que siete de los once agentes adscritos al puesto de Miranda (Burgos) han causado baja como consecuencia de la «situación de estrés» que les genera «la presión ejercida por algún mando y el apoyo incondicional que presta (a este) su superior jerárquico». A través de un comunicado, se dice que los componentes del puesto en situación de baja han aducido motivos psicológicos, físicos (cita problemas estomacales por los nervios, arritmias por la tensión, desmayos por las situaciones vividas, etc), y solicitudes de cambio de destino «a cualquier sitio con tal de salir de allí».
La respuesta a esa denuncia llegó de la Asociación Profesional Escala Suboficiales (ASES-GC) del mismo cuerpo. También a través de un comunicado, ponen de manifiesto «la falsedad de las acusaciones vertidas contra el Sargento Comandante de Puesto», del que incluso plantean habría sufrido «acoso por parte de varios de los componentes de la Unidad». El colectivo que representa a los suboficiales de la Guardia Civil anuncia que los hechos se pondrán en manos del despacho de abogados Antonio Suárez Valdés en Madrid «para garantizar la defensa del mismo».
Desde el colectivo que representa a los agentes se sostiene que los guardias afectados «nos relatan malas formas, continuas zancadillas personales, continuas reprimendas por minucias, rigor excesivo para situaciones cotidianas, órdenes imposibles de cumplir, etcétera».
Excrementos en el buzón
Una presión que, según la asociación, ha alcanzado tal punto de deterioro que «hace días este mando del Puesto de Miranda encontró una defecación al abrir el buzón de su pabellón». El episodio, calificado de «hecho extraordinario» por la AUGC «hace ver que alguien ha llegado a un extremo de tensión máxima que debe ser analizada». La asociación critica el hecho. «No se sabe todavía quién fue el autor, si un agente o un familiar que sufre las consecuencias, (con esto no disculpamos la acción, solo la remarcamos como un signo inequívoco de problemas)», se puntualiza.
Desde la delegación en Burgos se insiste, también, en que los hechos ligados a un supuesto 'mobbing' «ya fueron comunicados al Jefe de la Comandancia hace tiempo por esta Asociación y no parece que se haya corregido la actitud de dichos mandos, muy al contrario, siempre han salido fortalecidos en sus posiciones en detrimento de la convivencia en el puesto». Un portavoz de la Oficina de Comunicación de la AUGC plantea que la respuesta recibida desde Burgos es que «está todo bien, que no han visto nada raro».
Pero la situación, se recalca, es tensa. Y el hecho de que en torno al 60% de la plantilla esté de baja, se considera significativo de lo que presuntamente estaría sucediendo. Desde la citada oficina se pone como ejemplo, que la falta de personal ha llevado a que «gente de otros puestos esté haciendo de guardia de puertas porque no hay gente ni siquiera para eso». Problemas de régimen interno que repercutirían también en la atención ciudadana. El colectivo que representa a los agentes utiliza, además, el término «espantada» al referirse a la solicitud de cambios de destino; espantada «solo por irse. No lo han conseguido porque no hay vacantes en ningún sitio. Están resignados y condenados a estar allí, a saber hasta cuándo».
La AUGC ratificó ayer su apoyo «a los compañeros que sufren esta situación» y no descarta «abrir la vía judicial para evitar que situaciones de abuso de autoridad se sigan dando en esas dependencias». Quien también parece dispuesta a tomar el camino de los tribunales es la Asociación de la Escala Suboficiales de la Guardia Civil ASESGC, que salió en defensa del mando aludido, al que identificó como el sargento comandante de Miranda.
«Dicho suboficial se encuentra al mando del Puesto de Mando desde hace más de 12 años y durante dicha trayectoria jamás ocurrieron problemas como los descritos». Una situación que cambió, según se recoge en la comunicación de la ASES-GC con «la llegada a la unidad de varios componentes, todos ellos pertenecientes a la AUGC, momento en el que comenzaron a surgir hechos que visiblemente se encaminaban a dirigir al resto de componentes con el único motivo de minar al suboficial».
Sí se reconoce como verdad el episodio escatológico relacionado con el buzón del sargento. «Alguien que reside o presta servicio en dicha unidad lleno de heces el buzón de la correspondencia particular del suboficial con el consiguiente riesgo para su salud y la de sus familiares». Un hecho que se califica de «reprobable e injustificable cualquier persona y más a quien viste el uniforme de la Guardia Civil».
La ASES-GC plantea, además que en «las revistas realizadas al Puesto de Mando de Miranda -algunas de ellas tras las quejas trasladadas por al Asociación Unificada de Guardias Civiles- «no se ha detectado irregularidad alguna cometida por el mismo (en alusión al sargento) al no existir». Es más se asevera que este mando habría sido víctima de «un posible caso de acoso laboral ascendente».