Author: golo » Mié 15 Feb, 2012 22:22
Es una situación difícil, ya que siempre va a beneficiar a unos en perjuicio de otros, en función de la situación en la que cada uno se encuentre fundamentalmente.
Sargentos (cambios en función de su destino)
El que este colocado, le vendrá estupendamente, ver cómo puede seguir en su destino y ascender hasta brigada sin perderlo, sin entrar en el tema del coste cero económicamente hablando, que en muchos casos será beneficioso dado que seguirán cobrando según sus destinos actuales. La tónica general es que de brigada se termina perdiendo dinero.
El que no esté colocado, sufrirá aun mas, al ver como con el cambio los brigadas le pueden pisar vacantes que antes eran solo para dicho empleo, con lo que su agonía se prolongaría más aun, y se sumaría a la actual con el retraso en el ascenso al empleo superior que se viene padeciendo.
Sargentos que renunciaron en su momento
Ven como ahora otros pueden ascender a brigada sin perder su destino, con lo que lógicamente se les debe de dar la oportunidad del ascenso, aunque esto no puede permitirles beneficios sobrevenidos, es decir, deberían de poder ascender pero quedándose retenidos en su destino, no pudiendo con la modificación propuesta acceder a vacantes de sargento/brigada, ya que esto les beneficiaria respecto a los que sufrieron cambio de destino al ascender a brigada en su momento.
Realmente el que renuncio es porque deseaba quedarse en su destino y será difícil que ahora piensen distinto, con lo cual este ascenso ahora no tendría porque darle opciones de poder solicitar vacantes de sargento/brigada. Su único cambio es que ahora obtienen el empleo de brigada sin más posibilidades, que no son pocas ya que coparían las vacantes golosas que ya tienen y difícilmente quieran ascender a subteniente dado los antecedentes de los que provienen.
Estas vacantes que ocupan, una vez que con el tiempo lleguen al final de su vida laboral, deberían de recatalogarse como corresponda en su momento y no ahora para no perjudicarlos.
Brigadas (cambios en función de su destino y nuevas opciones)
Son los que en su momento arriesgaron y ahora se ven claramente beneficiados, ya que con la reforma, si quieren pueden quedarse en su destino y ascender a subteniente sin moverse del mismo, o bien pueden optar por pedir vacantes de sargento/brigada, ampliando así sus posibilidades, aunque en este caso luego si desean el ascenso deben de sufrir cambio de destino.
Los que están colocados, sin problemas, ascienden a subteniente sin más perjuicio quedándose en su destino actual.
Los que no están colocados, o bien ascienden y luego solicitan vacantes exclusivas de subteniente, o se quedan donde están de subtenientes, o bien pueden solicitar las vacantes de sargentos/brigadas golosas, que pisaran a los primeros por su mayor empleo.
Este empleo creo que sale bastante bien parado con el cambio, muchas más posibilidades positivas que negativas, aunque se limiten el número de vacantes de subteniente a los que si cambian de destino, pueden optar posteriormente con motivo de su ascenso.
Subtenientes
Siguen igual, lo único que muchas de sus vacantes se recatalogan de sargento/brigada, evidentemente serán vacantes operativas, y llegado a este extremo, no creo que sinceramente les pueda interesar a la mayoría, estando próximo el fin de su vida laboral, pero queda claro que pierden posibilidades de moverse.
En definitiva, el cambio está bien, pero hay que articular otras vías que no supongan el sacrificio de un empleo en beneficio de otro.
Si para esta asociación lo que debe pesar democráticamente hablando es lo cuantitativo y no lo cualitativo, dichas reformas deberían de articularse de otro modo que no se perjudique a una mayoría en beneficio de una minoría.
Creo que claramente el empleo de brigada es el que sale mucho más favorecido con los cambios que se pretenden, los subtenientes, pierden posibilidades y los sargentos se hunden un poco más en cuanto las vacantes golosas van a ser copadas por brigadas que lo deseen, esto sumado a su actual retraso en el ascenso, hacen del sargento el mártir de esta reforma, y por eso digo que no debe primar aquí la cualidad, sino la cantidad, teniendo en cuenta el numero asépticamente hablando de personas que se ven afectadas de una y otra forma.
Dicho de otra manera, lo que bien puede parecer algo bueno, el no tener que sufrir cambio de destino con el ascenso a brigada, podría en la realidad convertirse en la prolongación de la agonía de los más nuevos, que por poder optar a un empleo superior, pudieran ver como su sano deseo de llegar a un destino goloso, se alargase por más tiempo.
Pienso que o bien no lo capto todo bien, o esta reforma beneficia a los que ya están colocados, en contra de los que todavía no lo están, ni estarán por más tiempo.
Pero queda claro que todo cambio tiene sus inconvenientes, no solo virtudes.
Con el cambio, me da igual denominarme sargento, sargento 1º o brigada, la antigüedad es lo que cuenta en definitiva, y ya puestos, porque no denominarnos a todos igual y que esa antigüedad sea la que siga marcando las mismas pautas.
Sencillez y economía de medios a semejanza de otros, lo cual no implica cambio de carácter.
Después con el ascenso, el que lo desee, más de lo mismo, suboficial mayor y las vacantes cubiertas por los mecanismos ya existentes.
De 5 denominaciones a 2, los complementos en función de uno u otro nivel, promediados según lo presupuestado para todos y la antigüedad debidamente remunerada, para que no haya paganos.
Si es posible que alguien ahora pueda ser brigada sin sufrir cambios en el destino, eso sí, sin mayores emolumentos, ósea a coste cero, porque no se va a poder articular lo dicho.
O es que ahora no son menos los que en su día por querer honestamente ese ascenso, tuvieron que sufrir las consecuencias y ven como ahora otros sin sufrirlas se les iguala en su denominación.
De igual manera ocurriría si pasamos de lo complejo a lo sencillo, obviando evidentemente la antigüedad y su justa remuneración.
Si lo uno es viable lo otro también.
Evidentemente, la empresa no pierde, lo que da, lo da de lo que otros tienen que perder para poder hacer realidad ese cambio.
Ósea, que dios nos pille confesados, porque a unos les toca ganar y a otros perder, no pensemos que todo es una panacea, porque no lo es.