Decía la vieja canción que hoy me viene a la memoria cuando he tratado en vano de recordar el nombre de nuestro Director General.
Es más, creo que ni en Google pueda encontrar la respuesta a esa duda existencial que me corroe y que no puedo borrar de mis pensamientos, al igual que cuando se nos mete en la cabeza ese estribillo pegadizo de alguna "canción del verano" y que no se puede dejar de tararear por mucho que sea más mala que la SGAE.
Pero junto a esa trascendental pregunta, me surgen otras que me mantienen en un sin vivir del que mucho me temo que si no encuentro en breve las respuestas oportunas me veré abocado a reingresar en el convento de los monjes Shaolín del que nunca debí salir.
- ¿Existe o es una leyenda urbana?.
- ¿A qué huele?.
- ¿Sirve para algo?.
- ¿Tiene alas como las compresas?.
- ¿Los hay de sabores?.
- ¿Es un ente ectoplasmático encerrado en una dimensión ajena a la nuestra y no puede materializarse?.
- ¿Es verdad que alguien lo ha visto?.
En fin, que si alguien sabe algo de él, ruego atentamente me facilite la información oportuna puesto que tengo que hacerle la siguiente petición:
¡¡¡AINNNN PAAAAAAAYO, DAME AAAAAAAAAARGO!!!
UN SALUDO
Nota aclaratoria: La gitana del Mercadona de mi barrio dice que la frase arriba consignada en negrita es mano-santo para conseguir leros y asín poder comprar comida p'a sus chinorris.
Pues habrá que irla ensayando.