Un Sargento de la Guardia Civil en un rescate milagroso en Haití
El Sargento de la Guardia Civil José Andrés Pecino interviene en el salvamento de la cocinera Lidovia Pierressaint, atrapada 82 horas bajo los escombros tras el terremoto de Haití.
El Sargento de la Guardia Civil José Andrés Pecino ha sido uno de los protagonistas de un rescate que sólo puede calificarse de milagroso. La cocinera Lidovia Pierressaint llevaba atrapada 82 horas bajo los escombros de su casa, en el límite mismo de la vida y la muerte. La mujer estaba aprisionada por una puerta de acero, que fue la que también le salvó la vida, ya que evitó el colapso completo del techo. La intervención del equipo del que forma parte el Sargento Pecino, integrado por bomberos peruanos y nicaragüenses y guardias civiles españoles, logró localizarla y liberarla cuando ya se encontraba muy débil. Las primeras palabras de la mujer, tras verse liberada de la cárcel de escombros en la que estuvo tres días y medio, fueron en español: «Estoy bien».
El rescate se produjo el viernes. El equipo de salvamento estaba inmovilizado en un atasco. Un hombre les pidió que revisasen su casa, pero no encontraron a nadie. Una mujer les dijo, sin embargo, que en un edificio cercano se oían al menos las voces de dos personas. La brigada rescató a una mujer de 58 años de las ruinas del edificio de cinco pisos. La rescatada los avisó de que había atrapadas otra mujer y tres muchachas. Comenzó la frenética búsqueda de la mujer, a la que se escuchaba hablar. El olor a putrefacción que salía de la habitación de las adolescentes convenció a los bomberos de que estaban muertas. Por fin encontraron a la mujer. Movía las manos y hablaba con claridad. Pudieron alcanzarle un poco de agua, para que se hidratase.
Primero intentaron levantar la puerta de acero con un gato hidráulico, luego optaron por cortar el marco exterior de la puerta. Los bomberos no podían trabajar más de media hora seguida, debido al hedor que salía de la habitación de las muchachas. Finalmente, después de nueve horas y media de trabajos, a las dos de la madrugada de ayer, la mujer pudo salir, aturdida, pero sin ningún hueso roto. Atrapada, desconocía el destino corrido por su ciudad, y que hay otras 19 personas sepultadas en su misma calle. La mujer desconoce el paradero de sus cuatro hijos.
Noticias como estas, nos hacen recordar el sobrenombre de Benemérita como se conoce a la Guardia Civil, que por R.O. de 4 de octubre de 1929 se otorgó a la Guardia Civil la Gran Cruz de la Beneficencia en reconocimiento por su gran labor humanitaria a favor de la sociedad española.
Esperamos que las autoridades Españolas sepan premiar al Sargento Pecino y su equipo de Guardias Civiles como por Honor les corresponde