Hoy día 19 de marzo, todos los padres debemos estar contentos, yo soy uno de ellos. Gracias a mis hijos, a mi mujer, mi familia y mi fé en Dios, estoy aquí con todos vosotros, mis compañeros, con mi querida y a veces extraña Guardia Civil.
Quizás se me pasó por la cabeza en más de una ocasión irme de este mundo, era fácil teniendo a mano un arma, pero también hubiera sido la situación más cobarde y más sencilla, tenía que superarlo y reponerme, no podía dejar atrás toda una vida en este Cuerpo; me levanté de la caída, me repuse y continué hacia adelante.
Unos meses atrás, el destino quiso que no llegara a conocer a un hijo muy esperado, caí en una profunda depresión, sin ganas ni ilusión de trabajar, con una terrible ansiedad, el médico me aconsejó una baja médica hasta que fuera capaz de mejorar. Siguiendo los trámites oportunos, me retiraron mi arma particular y después de unos meses de tratamiento psicofármaco, fuí entrevistado por un psicólogo. La entrevista fue amena, distendida, pero yo noté que más bien era "para cubrirse las espaldas" en caso de suicidio.
Durante estos meses de enfermedad, fui superando este aterrador estado de ansiedad y depresión. Por verdaderos compañeros, me iba enterando, que en mi lugar de trabajo otros "compañeros", desleales ellos, comentaban mi situación de baja como consecuencia de una "pataleta" laboral. Yo me reía, probrecitos ignorantes, lo que hace la maldad, la envidia. Lo curioso que los superiores hacían caso a estos "cuchicheos" de patio de párvulos.
Con el paso de los meses, le consulté a mi psiquiatra si sería beneficioso para mi situación física y psíquica volver a trabajar, él aceptó y junto a mi médico de cabecera me dieron de alta para el servicio. Pero hay.........esas rarezas que tiene esta Guardia Civil. Como continuaba bajo tratamiento psicofármaco, el servicio de psicológica no aceptó mi alta hasta que no finalizase el tratamiento, aún sabiendo que con mi disposición a trabajar mejoraría mi estado y me recuperaría, pues en esa situación no se puede manejar vehiculos y portar armas, no importaba mi estado de salud, eso no era importante para ellos, no aceptaban que ocupase un puesto burocrático, aún cuando en mi unidad el 90% de los puestos de trabajo son burocráticos. Mi salud no les importaba.
Hoy, unos meses después, me encuentro totalmente repuesto, mi salud recuperada y con muchísimas ganas de seguir trabajando en esta querida Guardia Civil.
A tí, padre de familia, que no hiciste nada para un simple subordinado mejorara su salud, desearte que no pases por la situación por la que por este padre de familia sufrió.
Y a todos vosotros compañeros, padres de familia, que tengais un feliz día. Un saludo.