Una patrulla de la Guardia Civil localizó a un hombre, S.G.C., vecino de Soto de Luiña (Cudillero), tras una denuncia de unos jóvenes que señalaban que les había insultado. Al ser requerido por los agentes para facilitar su identificación y la documentación del vehículo, el hombre la arrojó al suelo y comenzó a insultar a la patrulla y a continuación abandonó el lugar en su vehículo.
Cuando la patrulla se presentó en su domicilio, entró en la casa saliendo de forma inesperada con una pala de dientes metálica, de las utilizadas en las labores del campo, amenazando con ella a los agentes, en una actitud agresiva. Los guardias civiles intentaron calmarle y convencerle para que desistiera de su actitud, pero lejos de calmarse se enfureció más y golpeó con la herramienta el pecho de uno de los agentes, que hizo uso de su arma reglamentaria realizando varios disparos, que le produjeron heridas que posteriormente determinaron su muerte., pues fue asistido por los servicios sanitarios en el lugar de los hechos sin que pudieran hacer nada para salvar su vida.
Al fallecido le constaban antecedentes por haber estado implicado en ocasiones anteriores en delitos de resistencia y conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, siendo denunciado recientemente por alteración de la seguridad colectiva y desórdenes públicos, y desobediencia a los mandatos de los agentes de la autoridad
Los mandos han pedido mano izquierda para tratar la situación en Soto de Luiña a raíz de la muerte a tiros de Severino Gallego, al tiempo que se ha ordenado reducir en lo posible la presencia de agentes en la zona unos días, para evitar conflictos,
El agente que abatió a Severino Gallego sigue descargado del servicio por unos días. Una vez pasado un tiempo prudencial, se evaluará si está en condiciones de reincorporarse. Por el momento no ha solicitado la baja medica. Lo más seguro es que sea trasladado a otro puesto lejos de Soto de Luiña, hasta que se le asigne nuevo destino.
El agente está agradecido del apoyo que le han manifestado tanto los mandos de la Guardia Civil como la Delegación del Gobierno, así como las asociaciones profesionales que le han ofrecido incluso sus servicios jurídicos al agente por si los necesitase, aunque no parece, en principio, que su actuación vaya a tener consecuencias, ya que se considera que se respetaron los protocolos dadas las circunstancias.
Dada la gran cantidad de hechos de violencia, insultos y amenazas hacia agentes de la Guardia Civil, es necesario "retocar" el Código Penal, porque las actualmente mínimas sanciones por atentado o insulto a la autoridad.
El número de impactos recibidos por Severino Gallego se justifica por el tipo de munición utilizado por la Guardia Civil, que es blindada, es decir, militar, por su características, no detiene a una persona y además la impulsa hacia adelante, según diversos estudios
Se ha cuestionado en alguna ocasión el uso de esta munición para tareas policiales. El Cuerpo Nacional de Policía, utiliza munición semiblindada, que ejerce un impulso hacia atrás a la persona que recibe el disparo, lo que detiene a los posibles agresores. La munición militar que utiliza la Guardia Civil, tiene además el riesgo de que rebota, por lo que supone un doble peligro.
Los Guardias Civiles intentaron en todo momento convencer al hombre para que depusiera su actitud violenta y señalaron que fue imposible, y que ante la acción del hombre, con antecedentes y que se abalanzó sobre el agente con un tridente no le quedó al agente otra opción, de acuerdo a los protocolos, y actuó en legítima defensa en una situación en la que lógico es hacer uso del arma.
Quienes han señalado que los Guardias deberían haber utilizado otro método para desarmar a Severino Gallego, me gustaría verles en la misma situación, con una persona muy violenta que les amenaza con una pala de dientes y en un lugar de escasa visibilidad.