[quote user="Anjoa" post="38670"][quote user="TICIO" post="38668"][size=12] Da la impresión de que algunos, no todos, de los compañeros que han comentado el artículo, no han comprendido bien la intención de ASES a la hora de pedir el cese del Comandante Jefe de Operaciones de Ávila y que han entendido por tal petición, algo así como un “buscar la justicia desde el despecho”, “algo personal”, “hacer sangre”… por emplear algunas de las palabras que han utilizado. Por el contrario, sí han utilizado otras palabras que muestran cierta comprensión hacia los actos que nos han presentado las informaciones publicadas, tildándolos por ejemplo como “arrebato amoroso que ha sufrido” “metedura de pata”, “fue a Melilla a solucionar problemas familiares y se encontró con lo que no esperaba, posiblemente haya reaccionado mal”…etc. Sorprendentemente, no he detectado en las palabras de estos compañeros ninguna frase que denote la misma comprensión hacia la libre voluntad de la ex¬-pareja del comandante, ni hacia las heridas de la persona que al parecer ha resultado con mayores lesiones a raíz del encuentro.
De todos modos, lo que quizá podamos compartir todos, es que, lo importante de esta información, no son los hechos exactos acaecidos el domingo pasado, ni cómo se desencadenaron, ni si el comandante merece ser castigado por ello, que de eso ya se ocupará la Justicia. Y si al final el comandante no fuere condenado o resultase con la condena menor posible, deberíamos alegrarnos todos, pero como digo, esto es cosa únicamente de la Justicia.
Lo único que nos interesa de esta información, lo único que la une con las varias denuncias y la consecuente solicitud de ASES, tal como bien apunta PJCV, es que nos aporta una muestra más, (de entre las muchas que salpican la trayectoria y la vida tanto privada como profesional del “cuestionado”), y que nos corrobora el carácter de su “personalidad”.
Sin palabras. Con semejante aclaración sobre la realidad misma, desde el interior, se han aclarado algunas (por no decir practicamente todas) las razones que han movido a la Asociación a posicionarse.
Porque, esta personalidad, es la misma que considera que un comandante de puesto no es merecedor de la productividad si se nombra un descanso semanal de más de 24 horas, pese a que no haya ninguna disposición legal que lo justifique. Esta personalidad es la misma que considera que un comandante de puesto no puede salir de su demarcación sin permiso, pese a que no haya ninguna norma legal que le prive del derecho a la libertad de desplazamiento que otorga a todos los guardias civiles la O.G. 2/2003 así como la Ley Orgánica 11/2007 reguladora de los derechos y deberes los guardias civiles. Esta personalidad es la misma que decide implantar por su cuenta y lo implanta, un régimen de servicio a turnos, contraviniendo los requisitos establecidos en la O.G. 4/2010 y que sólo cuando un puñado de guardias civiles dirige una instancia al DAO (a la que nunca se dio curso hasta Madrid), sólo entonces lo retira, no sin amenazar tanto a los guardias como al comandante de puesto ¡por darle curso a la instancia!. Esta personalidad es la misma que obliga a los comandantes de puesto a nombrarse en SIGO sus servicios burocráticos con tres días de anticipación, pese a que la O.G. 4/2010 establece que los jefes de unidad no están sujetos a ningún régimen de servicios preestablecidos y que han de tener plena autonomía organizativa y a pesar de que el procedimiento para el nombramiento del servicio en SIGO les permite el nombramiento de sus servicios hasta con cinco días a posteriori. Esta personalidad es la misma que aterroriza a los comandantes de puesto con llamadas telefónicas amenazantes, convocatorias a su despacho en el mismo sentido y revistas en las que el temor es el sentimiento predominante, por encima del interés por aprender o por esmerarse en hacer las cosas cada vez mejor, por poner sólo algunos ejemplos.
Todas estas cuestiones han sido denunciadas anteriormente por ASES, compañeros. Unas veces han sido negadas desde arriba y otras no se hizo mucho caso. Por ello, aprecio cierta ingenuidad (perdonadme) en algunos compañeros como PJCV, cuando pide “seguir el camino que marque la norma” o en Lince, que dice que si no se cumple la norma “se dé cuenta de ello” o en Mote, que es más duro que los otros y pide “que si el Comandante incumple la Orden General se le sancione por ello”. Pues bien, algunos ni siquiera queremos que se le sancione. Tan sólo desearíamos y nos daríamos muy por contentos, con que esta situación acabe. Pero el problema es que no estamos ante una “actitud negativa”, sino ante una “personalidad” y ahí volvemos al principio, dado que las actitudes se pueden cambiar, las personalidades no.
La personalidad determina el estilo de mando. Hay dos estilos de mando que son negativos, inaceptables ambos en nuestros días: el estilo de mando “autoritario” y el “despótico”. Ambos son reprobables desde un punto de vista moral, pero la diferencia fundamental es que el segundo también es reprobable jurídicamente. El mando autoritario es aquel que cree que, ser jefe, equivale a “ser más” y además que el jefe, sólo por el hecho de serlo, sabe más que los demás. Es solamente un ejecutor de órdenes y exige obediencia total, sin titubeos y sin aceptar sugerencias porque él sabe más y es más. Y no duda en presionar o gritar para imponer su autoridad ante aquellos que pongan en tela de juicio sus órdenes y utilizará todos los medios coactivos que la Ley le otorgue, para alcanzar sus objetivos. El despótico, además de cumplir todo lo anterior, considera que puede utilizar cualquier medio, porque él es la Ley y la única Ley que cree que hay que respetar es la suya. “L’Etat c’est moi” (El Estado soy yo), que hizo célebre el rey déspota Luis XIV.
En las antípodas de este estilo de mando se encuentra el del Jefe de la Comandancia de Ávila, hombre dialogante, aunque exigente en lo razonable, que debe de estar cansado de cavar cortafuegos para contener las llamas que el otro va dejando a su paso. El problema es que la vela sigue ardiendo al lado de la paja seca y bastará siempre un pequeño soplo de viento, para que brote un nuevo incendio. La pregunta es si podrá seguir controlando todos los incendios, permanentemente. No es más que cuestión de tiempo, o de la casualidad, el que esta personalidad se tope con otra que también sea inestable, o con baja tolerancia al abuso, a la arbitrariedad y a la tiranía. Una personalidad de esas que en un momento dado pueden reaccionar de modo desproporcionado ante la injusticia y entonces se producirá un hecho grave. Y mucha gente se preguntará ¿cómo es que ha pasado esto? ¿cómo no pudo preverse? ¿cómo no pudo evitarse?. Y sin embargo las señales estaban ahí, para todo aquel que qusiera verlas. Y entonces nadie se acordará ya de un artículo que ASES publicó un día, hace algún tiempo.
Por todo ello, la petición de ASES me parece absolutamente razonable. Ya que no se trata de castigar al comandante, que no es comandante por la gracia de Dios y que tiene varias cualidades que pueden ser muy útiles a la Institución. Es inteligente, con buenas capacidades para la planificación, para el SIGO y la informática, todas ellas y otras, que se ajustarían a un buen número de vacantes. Sin embargo y desgraciadamente, la gestión y la dirección del personal no están entre esas capacidades, por lo cual, repito, la petición de ASES, me parece, muy razonable.[/quote][/quote]
Yo ignoraba toda esta historia, pero de ser cierta, y no pongo en duda que lo sea, creo que quien falla no es solo él, sino sua amndos inmediatos que pudieron haber corregido con anterioridad esas actitudes y no lo hicieron. No obstante sigo pensando que si él había hecho todo lo que se dice, nosotros tampoco hicimos mucho para solucionarlo.
Y es que hay veces que cuando no se consiguen las cosas mediante el dialogo pues hay que acudir a la Justicia, bien actuanndo en la Dirección General del Cuerpo ó ante la Judicatura.